Con esta web sentirse en 1999 nunca fue más fácil.
¡Demasiado neto! De los mismos creadores de la página que dejaba crear cualquier frase con la tipografía de Stranger Things, ahora nos ofrecen crear bajo el maravilloso arte del WordArt.
El trabajo está tan bien hecho que la página es una simulación de Windows 95. Es tan fácil de usar que prácticamente se entiende por si sola, aunque si necesitas ayuda, el infame Clippy aparecerá de vez en cuando para darte ayuda.
Tienes 15 estilos para elegir, todos con ese aire retro casi "vaporwave" que está tan de moda en los jóvenes de hoy en día, con sus ironías, memes y cosas que no entendemos.
Así que ya lo sabes, hora de desempolvar tu noventera creatividad y darle provecho a MakeWordArt
Un poco de historia
Word Art apareció en 1995 de la mano de Microsoft Office. Junto a su paquete de edición, Microsoft Word incluía una novedosa herramienta destinada a ofrecer unos formatos de texto que permitían la configuración de fuentes estilizadas con texturas y contornos que le daban un toque estético y artístico. Se trataba de una pequeña revolución, ya que dejaba atrás la sobria sensación que mostraban los textos planos en favor de un cierto toque alejado de la seriedad de las presentaciones de texto.
La herramienta se hizo especialmente popular entre el público joven, que recurría al aclamado Word Art para darle un toque de brillo a los trabajos del colegio, el instituto e incluso la universidad. Se usaba sobre todo para los títulos, que quedaban edulcorados con el sinfín de texturas y formas que la herramienta ofrecía.
Lo que empezó siendo un experimento se convirtió rápidamente en uno de los valuartes de Microsoft Office. Power Point no tardó en incorporarlo a sus diapositivas, que a partir de entonces contaban con una herramienta gráfica más a la hora de realizar presentaciones que, por aquel momento, se basaban en la fuerza de sus imágenes y sus textos.
¿Qué ha sido de Word Art?
Pese a lo que pueda parecer, lo cierto es que Word Art sigue existiendo. Tanto Word como Power Point siguen albergando este recurso estético que, con el tiempo, ha ido incluyendo nuevos contornos y texturas tridimensionales.
Eso sí, su uso es residual, por no decir inexistente. No cabe duda de que el aumento de usuarios experimentados en informática y la popularización de programas como Photoshop han acabado con el uso de esta herramienta, que tan buenos momentos nos dio a algunos cuando éramos adolescentes.
Un poco de historia
Word Art apareció en 1995 de la mano de Microsoft Office. Junto a su paquete de edición, Microsoft Word incluía una novedosa herramienta destinada a ofrecer unos formatos de texto que permitían la configuración de fuentes estilizadas con texturas y contornos que le daban un toque estético y artístico. Se trataba de una pequeña revolución, ya que dejaba atrás la sobria sensación que mostraban los textos planos en favor de un cierto toque alejado de la seriedad de las presentaciones de texto.
La herramienta se hizo especialmente popular entre el público joven, que recurría al aclamado Word Art para darle un toque de brillo a los trabajos del colegio, el instituto e incluso la universidad. Se usaba sobre todo para los títulos, que quedaban edulcorados con el sinfín de texturas y formas que la herramienta ofrecía.
Lo que empezó siendo un experimento se convirtió rápidamente en uno de los valuartes de Microsoft Office. Power Point no tardó en incorporarlo a sus diapositivas, que a partir de entonces contaban con una herramienta gráfica más a la hora de realizar presentaciones que, por aquel momento, se basaban en la fuerza de sus imágenes y sus textos.
¿Qué ha sido de Word Art?
Pese a lo que pueda parecer, lo cierto es que Word Art sigue existiendo. Tanto Word como Power Point siguen albergando este recurso estético que, con el tiempo, ha ido incluyendo nuevos contornos y texturas tridimensionales.
Eso sí, su uso es residual, por no decir inexistente. No cabe duda de que el aumento de usuarios experimentados en informática y la popularización de programas como Photoshop han acabado con el uso de esta herramienta, que tan buenos momentos nos dio a algunos cuando éramos adolescentes.
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